Formación Integral
¿Cómo es posible la entrega de valores en Educación Física?
Si nos preguntamos cual es la misión de la educación llegamos a la conclusión que es trasmitir valores, pero no cualesquiera, si no que valores éticos, aquellos valores que permiten un mundo civilizado, desarrollado y que aborda los conflictos de una manera no violenta. Y los valores que nos competen universalmente son los que nos ayudan a un camino mejor, que no pueden ser concretos, ya que cada cultura los puede descifrar a su manera, es decir, son valores abstractos que nos llevan por un camino común, donde debemos como individuos velar por su cumplimiento.
Hay que cambiar la forma de actuar, ya que primero priorizamos nuestro bienestar y después nos acordamos que debemos actuar éticamente. Y en esto estamos mal como individuos, debemos dominar la dependencia por el placer y velar por un comportamiento ético.
¿Y de qué forma podemos transmitir la ética? Lo más seguro es que la enseñanza teórica no es el camino correcto, sino que la práctica, vivenciar las formas correctas de actuar y somos nosotros, los educadores encargados de solucionar y abordar en el diario vivir los conflictos de forma razonable y ética con el fin de una sociedad más justa que vele por los derechos básicos de cada uno de los individuos.
Uno de nuestros derechos básicos es el vivir y tener un proyecto de vida, que aunque no es el mismo para todos, si debe ser equitativo y de calidad.
Ya mencionamos que la misión de la escuela es transmitir valores (ésta también es misión de la familia) y también muy importante educar en la igualdad; todos somos iguales, por lo que tenemos necesidades y gustos; independientemente de donde hayamos nacido o si somos hombres o mujeres. La escuela debe educar el hábito del respeto luchando contra las diferencias económicas. No debemos olvidar que primero somos humanos y luego vienen las características propias de cada uno (rasgos, lenguas o costumbres.).
El ente encargado de satisfacer nuestras necesidades básicas es el Estado (Estado de Bienestar), aparte de defender la libertad del ser , debe velar por el bienestar común y no de unos pocos, dar a los más necesitados más, para llegar un piso común y satisfacer lo básico. Pero no se trata de distribuir dinero, riquezas ni objetos materiales, sino de atender a las necesidades básicas de todos, repartiendo con equidad los bienes que satisfacen esas necesidades: educación, salud, trabajo, prestaciones por jubilación o desempleo. El derecho al trabajo, a un salario digno, a la educación y la cultura, a un nivel de vida adecuado, a la protección de la salud, constituyen una especificación más concreta del derecho general y abstracto a la igualdad.
¿Y es efectiva la enseñanza de valores en educación física (EF)? A lo que podemos responder con un si rotundo, ya que la educación física se nos revela hoy como un espacio ideal para generar aprendizajes perdurables para la vida, de formar valores sociales y ético morales y de desarrollar el sentido de cooperación, de amistad, de solidaridad, donde el ejercicio físico, más que un fin en sí mismo se convierte en un medio para lograr, a través del movimiento, un efecto más educativo e integral en las personas que la practican.
Cabe destacar que los deportes forman parte de las herramientas que dispone la educación física para poder proporcionar al individuo una educación integral, al desarrollar la capacidad de movimiento, establecer relaciones humanas y educar aceptando las reglas, sin olvidar que estimula la superación personal.
Por lo tanto, debemos darle más importancia al educar que a lo físico, en tanto se concibe desde una perspectiva formativa integral de los escolares.
No podemos pretender que la EF, por tener herramientas valorizadoras, los va a entregar por si solos, con esto quiere decir que la simple participación en las clases de educación física o en el deporte, no puede considerarse como desarrolladora de una educación ética y moral, ya que para que sea de esta forma hay que darle la intencionalidad a las actividades, expresando los valores y actitudes que se desean desarrollar en los alumnos y cuando ellos asumen una actitud responsable y ética en el cumplimiento de las normas y reglas de comportamiento acordadas y asumidas por todos, en cooperación con el profesor y demás compañeros.
¿Y qué tipo de actitudes queremos fomentar?
Primero que todo entendemos por actitud a las disposiciones de ánimo expresadas exteriormente. Constituyen un estado emocional, es decir, un estado psicológico previo en relación a los estímulos del mundo exterior del sujeto. Son también un condicionador del tipo de reacción en cuanto a la conducta individual. Representa el grado de respeto a nivel de comportamiento de unos determinados valores y normas. Se refieren a aspectos más puntuales que los valores”.(Trepart 1995)[1]. Como por ejemplo:
- “Actitud de aceptación de la victoria sin triunfalismos”
- “Actitud de rechazo firme a ganar a cualquier precio, a través de medios ilegales o violentos”
- “Actitud de ayuda para la participación de todos los compañeros en el juego”
- “Actitud de superación personal”, entre muchas otras.
Como ya dijimos anteriormente, el proceso de intervención pedagógica que se desarrolla en la educación física tiene que estar marcado por una intencionalidad educativa dirigida a la formación de valores y actitudes, aprovechando al máximo las potencialidades educativas de los contenidos y actividades que en ella se desarrollan.
Y para llevar a cabo dicha intencionalita, podemos hablar de las siguientes acciones y estrategias:
1. Comenzar por conocer la realidad existente y trabajar progresivamente en la caracterización, cada vez más exacta, de sus estudiantes. Para ello pueden utilizarse diferentes métodos, como la observación, la entrevista a profesores, las encuestas y tests a los alumnos.
2. Definir los objetivos a lograr y los valores a desarrollar, concentrándose en un número reducido de ellos.
3. La interacción profesor – alumno debe estar caracterizada por una comunicación dialógica, en un plano de respeto, de comprensión mutua, como expresión de relaciones auténticas.
4. La participación del profesor en el proceso de formación de valores debe hacerse desde una postura de ayuda, generando cuestiones, planteando problemas, haciendo que los alumnos reflexionen, individualmente y como grupo, sobre determinados hechos o acontecimientos que son expresión de valores genuinos o de actitudes reprochables, utilizando formas productivas de clarificación de los valores: ¿Qué piensas de lo ocurrido? ¿Cómo se sintieron en ese momento? ¿Por qué crees que te ocurre eso? ¿Concedes verdadero valor a lo ocurrido?.
5. Diseñar estrategias para el desarrollo de valores a través de:
- Discusión de situaciones de conflictos morales, los cuales se le presentan a los alumnos mediante historias, hipotéticas o reales, y cuyos objetivos se dirigen a impulsar el desarrollo y crecimiento moral, la adopción de principios y actitudes generales de valor, a tomar conciencia de los principales problemas éticos que padece el mundo de la actividad física y el deporte. Veamos un ejemplo, basado en hechos reales.
- Concebir actividades que suponen la práctica de actividades autorreguladoras, tales como: autoevaluación, establecimiento de compromisos o metas personales, tareas de observación e intercambio recíproco, autoobservación a través de fichas o diarios, asumir diferentes roles dentro de la clase, etc.
- Construir, con la participación de los estudiantes, normas y reglas de funcionamiento y de equipo. Acordar un sistema de cómo actuar con los violadores.
6. Aprovechar al máximo las potencialidades que brinda el entorno inmediato de la escuela, a partir de personas que puedan resultar significativas para los estudiantes, tales como: figuras relevantes del deporte, familiares, entrenadores de éxito, que puedan servir de referentes a seguir e invitarlos a nuestras clases.
7. Evaluar el sistema de intervención empleado y utilizar los resultados como retroalimentación para seguir perfeccionando el proceso formativo. En este sentido, es importante evaluar el estado y desarrollo afectivo de los estudiantes y el grupo. En relación con este aspecto han demostrado su efectividad técnicas tales como: Diarios[2]; Buzones y la Técnica de Iadov , esta última, para evaluar la satisfacción de los alumnos por las clases de educación física.
La adecuada intrumentación de estrategias educativas como las que acabamos de explicar en las clases de educación física y en la práctica del deporte con escolares, constituye un elemento de vital importancia para favorecer una contribución efectiva de la educación física y el deporte a la formación de valores de nuestros estudiantes.
Una condición indispensable en la formación de valores para que dichas estrategias educativas sean efectivas, es que el profesor de educación física sea ante todo un ejemplo viviente de lo que profesa y que promueva permanentemente en sus alumnos un razonamiento moral en relación con actitudes y normas que deben ser asumidas en la educación física y el deporte para que hagan suyos los principios y valores que se defienden.
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[1] Trepat, D. (1995) “La educación en valores a través de la iniciación deportiva”. En: Blázquez y otros. “La iniciación deportiva y el deporte escolar” INDE Publicaciones. Barcelona, p 95 – 112.
[2] González Maura, V. y López, A. (2002) “La técnica de Iadov. Una aplicación para el estudio de la satisfacción de los alumnos por las clases de educación física. Revista digital – Buenos Aires, www.efdeportes.com . Año 8 No. 47.
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